
Dios ha escrito en mi vida y ¿que ha escrito? Ha escrito su amor, su palabra, ha escrito una vocación, eso a lo que estoy llamada, ha escrito su pasión, su deseo para mí, deseo que me inunda, deseo que me mueve, deseo que sin saber porque, ni como, me despierta cada día y me da nuevas energías. Sí, Dios ha escrito en mi vida su deseo, eso que él quiere de mí, eso que me compromete, me lleva y me saca hasta de lo que yo misma quiero, porque es más grande que yo. Ese deseo de Dios a tientas yo sin darme cuenta voy cumpliendo, a veces ni lo conozco bien, no se dé que se trata, pero de alguna manera Dios me va llevando a cumplirlo. El deseo de Dios para mí me da plenitud, me sostiene, me da fuerzas para seguir, es ese “no temas” que me ayuda a caminar segura en medio de la tormenta.
Dios ha escrito en mi vida su promesa esa que me dice “ yo estaré contigo todos los días hasta el fin de la historia” y esa promesa sin yo saberlo y a veces sin ser consciente de ella es lo que me lleva a superarme, a reír después de llorar, a caminar después de estar postrada, a vivir después de estar muerta, a ser libre después de estar encadenada, a encontrar el camino después de haber estado perdida, a ser plena después de la frustración, a pedir perdón después de haber ofendido, a tener buenos pensamientos después de haber llenado mi mente de los malos.
Dios ha escrito en mi vida, una razón para darme, un trabajo que hacer, un compromiso que asumir, un abrazo que dar, una mano que estrechar, un amor que demostrar… y tantas cosas Dios ha escrito en mi vida que sólo necesito su espíritu para poder leerlas.
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